La semana pasada tocó visitar al vampiro, me hicieron analíticas de sangre y resulta que estoy muy bajita de hierro, con razón me he notado más cansada de lo normal estos últimos meses 😦 para reponer el médico me dejo tomar pastillas y sobretodo llevar una dieta más equilibrada.
A veces cuando tienes intolerancias nos enfocamos en comer alimentos aptos, buscamos marcas, comparamos precios y compramos productos que a lo mejor no nos aportan mucho valor nutricional. Dejamos a un lado los productos naturales, la fruta, la verdura, aún sabiendo que éstos no tienen gluten.
Aunque las espinacas por si solas son poco apetecibles, te aseguro que tomándolas de la manera apropiada te sabrán a gloria, como en este delicioso quiché sin gluten y sin lactosa.
Receta de quiché de espinacas con queso (sin gluten – sin lactosa)
Ingredientes:
- 250 gr de espinacas frescas
- 200 ml de nata para cocinar (marca KAIKU – sin gluten/lactosa)
- 100 gr de queso gouda (marca KAIKU – sin gluten/lactosa)
- 2 huevos
- 1/2 cebolla cortada en trocitos
- sal y pimienta al gusto
- aceite para freír
Para la masa:
- 200 gr de harina panificable sin gluten (yo usé marca Schar Mix B)
- 50 gr de mantequilla reblandecida (marca Minus L – sin gluten/lactosa)
- 50 ml de agua templada
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/4 cucharadita de levadura en polvo de acción rápida (marca MAIZENA – sin gluten)
Preparación:
Puedes empezar preparando la masa base aunque si quieres ahorrar un poco de trabajo tienes la opción de comprarla, hoy en día hay muchas marcas sin gluten tales como: ADPAN, Schar, etc. incluso si lo prefieres puedes poner masa de hojaldre.
Sin embargo, si eres como yo que te gusta hacerlo todo en casa lo primero que deberás tener en cuenta es dejar la mantequilla (la marca Minus L es sin lactosa) fuera de la nevera durante un par de horas o darle un golpe de calor al microondas 30 segundos.
Mezcla la mantequilla, el huevo, la sal, la harina (yo usé de la marca Schar Mix B – sin gluten) y la levadura de acción rápida (yo uso de la marca MAIZENA – sin gluten), amasa ligeramente a la vez que incorporas el agua templada hasta que se forme una pasta. Por lo general las masas quebradas se mezclan poco, yo lo he hecho incluso a mano para no pasarme con el amasado.
Formada la masa envuélvela en papel film y conserva en la nevera durante al menos 1 hora, una vez fría será más fácil de manipular ya que esta masa se rompe con facilidad.
Una vez fría coloca la masa de preferencia sobre papel vegetal o alfombrilla de silicona, espolvorea bien con harina para que no se te quede pegada y extiende con ayuda de un rodillo hasta obtener un grosor aproximado de medio centímetro.
Coloca en el molde y alisa la superficie intentando sacar posibles bolsitas de aire que hayan quedado por debajo, pincha con un tenedor, recorta los bordes y conserva en la nevera mientras preparas el relleno.
Pon a saltear la cebolla cortada en trocitos con un poquito de sal, cuando esté tierna añade las espinacas y continúa cocinando unos minutos, verás como enseguida con el calor se reducen y quedan casi en nada, cuando eso retira del fuego y deja templar.
Mezcla la nata de cocina (yo usé de la marca KAIKU – sin lactosa) con los huevos, añade sal y pimieta al gusto. Coloca las espinacas en el molde repartiéndolas sobre la masa y vuelca la mezcla de nata y huevo por encima hasta rellenar.
Con mucho cuidado, cubre la superficie del molde con queso tipo Gouda en lonchas o rallado (yo usé de la marca KAIKU – sin gluten y sin lactosa) e introduce al horno precalentado a 180 grados durante 30 a 25 minutos.
Cuando veas que los bordes y toda la superficie ha cogido suficiente color retira del horno y deja enfriar o al menos templar antes de desmoldar.
Puedes tomarlo solo o acompañado con una ensaladita pero no dejes de probar esta maravillosa y fácil receta, una buena dosis de espinacas nunca sienta nada mal 😉